La
derecha que nos gobierna sustenta todas sus iniciativas sobre algún
chivo expiatorio. En vez de poner los medios necesarios para resolver problemas
reales y bien localizados, la derecha prefiere designar culpables y prohibir
o segregar.
Así,
nos encontramos con que los inmigrantes, son maleantes. Los jóvenes,
son borrachos. Los estudiantes, son ignorantes. Y ahora la nueva cruzada
pretende demostrar que los desempleados (y más aún las desempleadas,
a las que, a causa de la enorme desigualdad en la distribución de
las actividades cotidianas, se les hará aún mucho más
difícil lo de recorrer 60 kilómetros todos los días)
son unos vagos, unas vagas.
La
idea es clara: poner en marcha una profunda ofensiva cultural para crear
una mentalidad muy reaccionaria y autoritaria, desviando todo malestar
social hacia la culpabilización de los sectores más desfavorecidos
y más desprotegidos, marginándoles aún más
y agravando los problemas. Todo esto nos recuerda aquella ley de "vagos
y maleantes" del franquismo.
Urge
una respuesta más sostenida, más pedagógica, menos
pacata, menos atrapada en el campo de juego establecido a priori desde
el Gobierno. La huelga del 20 de junio, por supuesto. Pero hay que entrar
también en esta pelea cultural, en defensa de valores democráticos,
laicos y libertarios irrenunciables.
Este artículo esta obtenido de la página que sobre la huelga general tiene UGT